miércoles, 9 de enero de 2013

La leucemia

La leucemia consiste en la proliferación incontrolada de una población anómala de células de la sangre. Estas células anómalas infiltran la médula ósea, impidiendo la producción de las restantes células normales, e invaden la sangre y otros órganos.


Causas:  En cuanto a la relación de los factores genéticos con el desarrollo de leucemia, se sabe que la enfermedad es más frecuente en gemelos que en el resto de la población, y padecer trastornos genéticos como el Síndrome de Down y el síndrome de Fanconi supone un factor de riesgo asociado a la aparición de leucemia.
Las personas con el sistema inmunitario debilitado por la administración de quimioterapia o fármacos inmunosupresores (que se suministran a pacientes que han sufrido un trasplante de órganos), también son más susceptibles de desarrollar leucemia.
Uno de los factores más estudiados son los factores ambientales, sobre todo la exposición a radiaciones ionizantes, sustancias químicas como el benceno y ciertos fármacos, y los virus.

Tratamiento: El objetivo del tratamiento de la leucemia es destruir las células cancerosas, para que las células normales puedan volver a crecer en la médula ósea, y evitar la recidiva. En general el tratamiento de la leucemia se basa en la quimioterapia y los trasplantes de médula ósea. Las pautas de la quimioterapia varían dependiendo del tipo de leucemia, de modo que debe individualizarse para cada paciente.
Durante el tratamiento puede ser necesario realizar transfusiones al enfermo para corregir la anemia y las hemorragias, y administrarle antibióticos para tratar las infecciones.
En la quimioterapia se suelen emplear combinaciones de fármacos, y si las células leucémicas reaparecen al cabo del tiempo, el trasplante de médula ósea puede resultar la mejor alternativa de curación para el paciente. Sin embargo, para que esto sea posible es necesario obtener la médula ósea de una persona compatible (HLA-compatible) con el enfermo, normalmente un familiar cercano.

lunes, 7 de enero de 2013

La vitamina E se utiliza para evitar coágulos de sangre


 Se forma un coágulo de sangre cuando ésta se estanca.

Hay dos tipos de coágulos sanguíneos que se forman cuando hay daños en el revestimiento de los vasos sanguíneos; uno de ellos se forma dentro de una arteria y el otro dentro de una vena.

Una manera de prevenir la formación de coágulos de sangre es suministrando vitamina E a nuestro cuerpo de manera diaria;para ello debemos llevar una dieta rica en dicha vitamina o tomarla como suplemento.

Los investigadores creen que la vitamina E ayuda a prevenir la formación de coágulos sanguíneos peligrosos que pueden terminar en un ataque al corazón o en una enfermedad tromboembólica venosa.

Por último, os voy a citar unos cuántos pasos a seguir para consumir una dieta rica en esta vitamina:

1.Tomar un tazón de cereal de grano integral o cereales fortificados para el desayuno ( los alimentos con granos enteros contienen una cantidad significativa de vitamina E )

2.Consumir pescado, aves o carne (pavo,ternera o jamón) en el almuerzo.

3.Prepara una ensalada con huevos, frijoles negros,nueces  y brócoli.

4.Usa aceites vegetales para cocinar,asar y freír los alimentos ( los aceites vegetales tienen una cantidad alta de vitamina E)

5.Merienda nueves o avellanas, ya que son los frutos secos en los que más abunda dicha vitamina.





La hemofilia


La hemofilia es un trastorno hereditario poco común en el cual la sangre no coagula normalmente.
Las personas que tienen hemofilia pueden sangrar mucho tiempo después de una lesión o un accidente. También pueden sangrar por las rodillas, tobillos y codos. La hemorragia en las articulaciones provoca dolor y, cuando no se trata, puede conducir a artritis. Las hemorragias cerebrales constituyen una complicación muy seria de la hemofilia y requieren tratamiento de emergencia.
Dentro de la hemofilia podemos diferenciar dos tipos, la hemofilia de tipo A y la hemofilia de tipo B; que tienen distintos tratamientos como veremos a continuación.
El principal tratamiento para la hemofilia es el tratamiento de restitución. Este tratamiento consiste en la  inyección intravenosa lenta de concentrados de factor de coagulación VIII (para la hemofilia A) o de factor de coagulación IX (para la hemofilia B). Estas infusiones corrigen la ausencia o deficiencia del factor de coagulación correspondiente y con ello se soluciona el problema.
Transmisión:
 

miércoles, 2 de enero de 2013

Las funciones de la sangre.



En este blog hemos hablado de una gran cantidad de cosas relacionadas con la sangre, pero ¿cuáles son sus funciones?

La sangre tiene una gran cantidad de funciones necesarias para la vida. Una de ellas es la función respiratoria, ya que, la sangre, es necesaria para el transporte de oxígeno desde los pulmones a los diversos tejitos del organismo y para el el transporte de CO2 de los tejidos a los pulmones. Otra de sus funciones es la nutritiva, debido a que la sangre tiene la capacidad de transportar elementos nutritivos (ácidos grasos, glucosa, vitaminas, iónes...) desde el sistema gastrointestinal a los tejidos. También hay que destacar su función excrectora porque transporta los productos de desecho del metabolismo como la la urea, la creatinina... Otra importante función de la sangre es la homeostática, ya que colabora a mantener las concentraciones de agua,iones y niveles adecuados de PH. Dónde también interviene la sangre es en regular la temperatura corporal, transportando calor el desde el interior del cuerpo hasta los pulmones y la superficie de la piel. La sangre tiene una función química debido a que es el sistema de transporte de un sistema de comunicación químico, el sistema endocrino. Por último hay que destacar la función defensiva porque la sangre es el lugar por donde circulan los elementos del sistema inmunitario, que son imprescindibles para la defensa del organismo.

Como podemos observar, la sangre cumple una gran cantidad de funciones, principalmente de transporte y podemos definirla como "la autopista de la vida" como el propio nombre de nuestro blog.